que cada madre a su cría
da cuidado y protección.
Esto enseña una lección
de la vida...que es perpetua:
no está dejada al azar,
al descuido o la torpeza.
¡Ante tanta inmensidad
la humildad sería la ofrenda!
Esto agita mi interior
y se agolpa mi destino
cuando yo creo poder,
se desvía mi camino;
y es mi cuerpo quien me dice
qué propósito es el mio:
no es cuidar mi descendencia,
como dicta mi consciencia
sino cuidar mi existencia,
mi condición y mi esencia:
el autocuidado es ciencia,
es motivo,es presencia
y vigila mi existencia
para que cumpla mi rol.